Hoy en día, la adopción ya no es el último recurso al cual acuden las personas que buscan formar una familia.
Hace algunos años este tema era visto como una obra de caridad en el que personas adultas se hacían cargo de niños abandonados para proveerles un mejor futuro, económicamente hablando.
Este proceso era lleno de misterio con mucha fuerza en todos los temas legales y poco impacto o preparación en lo afectivo. Había un desconocimiento enorme sobre la necesidad de enfatizar en las relaciones interpersonales, como parte del proceso y de cómo construir estas relaciones y en la formación del vínculo afectivo, por desconocimiento, muchas veces se creía era una carga emocional muy alta para estos procesos al considerar que se heredaban.
Esta mentalidad ha cambiado a través de los años, somos seres más conscientes y esto hace que la experiencia sea cada vez mejor y menos traumática.
Los mitos y las creencias acerca de la adopción se han ido reevaluando y transformando y actualmente esta no es la última opción. Para muchas personas o parejas es la primera opción a pesar de la incertidumbre en el tiempo del proceso y todas las dudas que puedan tener. Cada vez más personas viven el proceso de manera menos traumática y aunque es larga la espera, realmente vale la pena.
Actualmente adoptar es una alternativa de vida y una opción para formar familia, los mitos seguirán, sin embargo, cada vez existen más opciones para enfrentar los miedos que este proceso trae consigo. Uno de los miedos más grandes es la historia o procedencia del niño el cual muchas veces puede ser más bien el temor del adulto a asumir o enfrentar una responsabilidad que será para toda la vida.
Saber cuándo y dónde adoptar es una gran responsabilidad para quienes deciden hacerlo. Adoptar es tomar la decisión de hacerse cargo de un niño, amarlo, formarlo, devolverle el derecho a tener una familia, es hacer tuyo, lo que por naturaleza no lo es.
Es importante identificar la motivación profunda del deseo de adoptar, ya que esto permite garantizar una buena relación con el niño y su nueva familia, la cual incluye no solamente padres, sino también tíos, abuelos, primos, amigos, etc., es decir todo el entorno familiar.
Las motivaciones pueden ser muchas así que es importante que estas sean correctas y sanas para que puedan durar en el tiempo. Hay personas que quieren hacerlo por devolverle a la vida un poco de todo lo que les ha dado, hacer una especie de obra de caridad, garantizar un seguro para la vejez, cumplir una promesa, no estar solo, salvar un matrimonio entre otros, sin embargo, todas estas motivaciones no garantizarán una estabilidad o futuro promisorio a los niños y en determinado momento volverán a quedar a la deriva.
Antes de tomar la decisión y dar el primer paso piénsalo muy bien, los hijos son un compromiso y una entrega total para toda la vida.
Una motivación sana como cumplir el deseo de la paternidad, permite que el niño llegue a un entorno donde se le espera para llenarlo de amor y es de gran importancia contar con la red de apoyo familiar, ya que el niño llegara a toda la familia y su entorno. Esto además garantizará una buena relación de sus padres con el niño y del niño con su nueva familia.
Es importante también estar preparado emocionalmente. Antes de dar este paso se debe aceptar que no serán padres biológicos, lo que implica elaborar duelos relacionados con la infertilidad si existieran o por perdidas anteriores, antes de dar este paso. El duelo lo vive cada persona y de manera diferente, aunque se esté en pareja, ya que es diferente en el hombre y en la mujer y también muy diferente en el que puede tener hijos biológicamente pero renuncia a esa paternidad por amor a su pareja. Cuando se tenga conciencia de esta situación será posible darle la bienvenida al nuevo integrante de la familia.
El deseo de ser padres empieza a generar un espacio emocional y afectivo para el hijo el cual es llamado embarazo de corazón. Con este embarazo se empieza a soñar con el hijo y a formar el hijo imaginario, esto genera un ambiente propicio y ayuda en la preparación para la adopción. La ansiedad es normal pero poco a poco va disminuyendo como en un proceso de paternidad natural y con esto los padres van asumiendo la aventura con todo lo que trae consigo.
Todo el proceso da como resultado una idoneidad física, emocional, psicológica y afectiva, de la persona o pareja que desea adoptar, incluyendo las posibilidades económicas que permitan garantizarle al niño un hogar en un ambiente sano y estable. El obtener esta idoneidad implica varios análisis, estudios psicológicos, entrevistas, pruebas, etc. Esta es una razón más para que la motivación sea clara, quien no desee vivir todo lo que la paternidad trae consigo es mejor que no adopte, con esto evitara que el niño sufra las consecuencias a causa de confusiones e inseguridades de los adultos sin resolver.